Construcción de un mejor pensamiento.
Una de las principales cosas que
hacemos en el día a día es pensar, y aunque muchos crean que lo hacen de forma correcta,
esto no es verdad. En este informe se comprenderán las razones por las que no
lo estamos haciendo de la manera adecuada, teniendo en cuenta textos de
distintos autores.
Gracias a nuestro cerebro podemos
pensar. Éste es maleable, es decir, que cambia y aumenta su capacidad: depende
de cómo lo utilicemos. Pero el problema es que no lo utilizamos bien. Por
ejemplo, cuando lo llenamos de carga cognitiva, que es la cantidad de
información que entra a nuestra conciencia constantemente. Cuando pasa esto,
tendemos a distraernos más, a recordar menos cosas y también se debilita
nuestra habilidad. Otro caso podría ser en la escuela, donde nos llenan de
datos en vez de tratar de mejorar las funciones en las que nos cuesta más, como
puede ser la memoria.
Si bien es cierto que el cerebro
está recibiendo información continuamente, no todo lo que nos dicen e imponen
está bien. Hoy en día, el hecho de fracasar no se toma como una virtud, sino
como un signo de debilidad, cuando en realidad nunca debemos evitar
equivocarnos. Como dice Kevin Kelly, el autor de “La virtud del fracaso”: “La
ciencia es aprender aquellas cosas que no funcionan, de nuestros propios
errores”. Es normal, por ejemplo, cuando los alumnos cometen errores un par de
veces, que los profesores los “encasillen” en un mal lugar, cuando en realidad
eso es peor para el alumno, ya que le va a costar más seguir intentando. Se
trata de experimentar, ya que es lo que estamos haciendo todo el tiempo. Como
dice Albert Einstein: “El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es
información”
También solemos pensar que la
clave para el logro es la inteligencia individual, como los grandes
científicos, antropólogos y demás. En realidad, como dice Matt Ridley, el autor
de “Uno para todos y todos para uno”: “El éxito humano es enteramente un
fenómeno de redes”, es decir, que se basa en la inteligencia colectiva. Por
ejemplo, cuando un país maneja mejor su economía que otro, no es porque tienen
economistas más inteligentes, sino que piensan mejor colectivamente. En
relación a esto, el médico William Osler una vez dijo: “En la ciencia, el
reconocimiento es para aquel que logra convencer al mundo, no para quien se le
ocurre la idea primero”
Después de leer cada una de estas
ideas, se puede entender que hay muchas herramientas cognitivas que podríamos
mejorar para empezar a pensar de una manera adecuada. Por ejemplo, podrían enseñar en las
instituciones a “diseñar” el cerebro, es decir, hacer distintas actividades
para mejorar la capacidad de éste. Cuanta menos carga cognitiva tengamos, mejor
habilidad vamos a tener para administrar nuestros pensamientos. También, si se
aprendieran conceptos cognitivos básicos, como la experimentación de la vida
cotidiana, las personas serían más eficaces a la hora de decidir en distintos
aspectos de su vida de todos los días. Por último, entender que cada uno es
único, pero reconocer lo mucho que compartimos con los demás genera humildad,
respeto y compasión.
¡Mejor, Pili!
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